

El Parador de Cuenca reabre sus puertas con un nuevo interiorismo firmado por CIDON, que reinterpreta el legado monástico con elegancia contemporánea, un proyecto que transforma el histórico convento de San Pablo en un destino de hospitalidad sobria, sensorial y profundamente conectada con su contexto natural y patrimonial.

Recepción Parador de Cuenca

Habitación Parador de Cuenca
Tras dos meses de reforma interior y equipamiento, el Parador de Cuenca ha reabierto sus puertas con una imagen renovada que respeta el alma del antiguo convento de San Pablo, al tiempo que redefine la experiencia del viajero contemporáneo. El proyecto, adjudicado a CIDON Interior Design & Contract el pasado junio, ha supuesto una intervención integral en las 63 habitaciones y en las principales zonas comunes del edificio, en diálogo constante con su arquitectura histórica y el paisaje majestuoso de la Hoz del Huécar.
Con esta reforma, CIDON consolida su papel como adjudicatario en proyectos de interiorismo de Paradores a través de concursos públicos, en los que ha resultado seleccionado en distintas ocasiones, aportando una visión de diseño emocional y una ejecución rigurosa que ha logrado transformar espacios patrimoniales en destinos memorables. El Parador de Cuenca se suma así a otros hitos recientes como los Paradores de Sigüenza y Molina de Aragón.


Uno de los aspectos más singulares del proyecto ha sido la personalización de cada estancia. Lejos de aplicar una fórmula repetitiva, CIDON ha diseñado cada habitación como una unidad única, adaptada a su geometría, orientación y contexto arquitectónico. Esta mirada artesanal se traduce en una experiencia diferenciada, que convierte al huésped en parte activa del espacio, en armonía con la sobriedad monástica del edificio.
Los espacios comunes han sido concebidos como lugares de contemplación y recogimiento. El claustro acristalado, el restaurante y cafetería ubicados en la antigua capilla y la piscina exterior con vistas al cañón del Huécar han sido reinterpretados con un tratamiento sutil de la iluminación, el mobiliario y los materiales. Maderas naturales, textiles en tonos piedra y carpintería a medida conviven con piezas contemporáneas de líneas puras, generando un equilibrio entre pasado y presente.



El nuevo Parador de Cuenca no persigue el lujo ostentoso, sino la belleza silenciosa; la que se revela en la textura de una piedra, en el crujido de un suelo de madera o en la luz que atraviesa una celosía. La intervención de CIDON pone en valor este “lujo sensorial”, alineado con una nueva forma de habitar los espacios históricos: respetuosa, funcional y profundamente emocional.



Haz click aquí para ver más detalles del proyecto